MURO MILÁN

El muro Milán, también conocido como muro pantalla, se construye al efectuar una excavación profunda, como en los casos de realizar una cimentación, las cuales tienen la doble misión de resistir los empujes del terreno y evitar o limitar la entrada de agua a este. Brindan muchas ventajas al momento de edificar un inmueble de grandes alturas, como poder generar mayores desarrollos en superficies más amplias y realizar una cimentación en el menor tiempo posible, ya que la estructura sirve como muro de apuntalamiento.

La cimentación es la parte más importante de cualquier edificación, puesto que es la encargada de soportar toda la estructura, por lo que se tienen que tomar en cuenta varios factores, como el tipo de suelo, el nivel freático y la estratigrafía que se emplea para la cimentación, por ello debe realizarse un análisis completo antes de realizar todo el proceso.

En el caso donde se realizan excavaciones profundas para realizar la cimentación, sin importar el tipo de proyecto, es importante que se elija el proceso constructivo adecuado, el cual permite el control de la estabilidad. Para elegir el ideal, se tienen que tomar en cuenta las características del terreno, la profundidad y el tipo de edificaciones o estructuras que existan en la periferia.

Sistemas de aplicación de los muros

Un muro es una de las mejores opciones, tanto en caso de que existan otras edificaciones alrededor del terreno o no. Su construcción es in situ, con el uso de paneles con dimensiones que van desde los 2.5 y a los 8 m de longitud, y 0.40 a 1.5 m de espesor. Para su implementación existen diferentes sistemas, de acuerdo con la finalidad de los muros y el tipo de terreno; los más comunes son:

Sistemas autoportantes, que trabajan a modo de voladizo y funcionan contra los empujes del terreno entre dos planos horizontales que se excavan en distintos niveles y sirven como un soporte por debajo de un fondo excavado.
Es un elemento que forma parte de las cimentaciones profundas, al tiempo que funciona como muro de contención y como parte de la estructura de la edificación.
Es uno de los más utilizados, su finalidad principal es para las cimentaciones profundas, ya que se pueden construir a profundidades mayores a los 20 metros y cuenta con anclaje de muro en el terreno, no requiere de apuntalamientos y para su construcción se requiere de equipos especiales.
Este tipo de muro es uno de los más usados para cimentaciones profundas, llegando a profundidades mayores de 20 metros.

Cada uno de los sistemas tiene usos y aplicaciones diferentes, pero en general sirven como apoyo a las cimentaciones o para contener cortes verticales en las excavaciones, como en las obras subterráneas y túneles urbanos, los sótanos y cajones de cimentación de edificios, estacionamientos subterráneos, muelles, presas, silos; canales de gran sección; entre otras.

Ventajas del muro Milán

Existen muchas ventajas del uso de este tipo de muros para la construcción de la cimentación, entre las que más destacan se encuentra la seguridad de la obra, que en los últimos años es una de las claves más importantes en la construcción; con respecto a este punto, se puede trabajar de forma segura en la excavación de cada calzadura, sobre todo cuando el terreno es de materiales finos, como la arena, donde hay un alto riesgo de desprendimiento de material. Otro punto a destacar es que se utilizan estructuras de sellado con una suspensión fuerte, que además es impermeable, se trata de una suspensión auto-endurecida que puede reforzarse con un laminado.

Otra ventaja de seguridad es que no hay riesgo de intervención a propiedades vecinas, puesto que la instalación de los muros se realiza de manera vertical, lo que evita daños a otros inmuebles y permite trabajar con mayor eficiencia. También representa una gran ventaja durante el proceso constructivo, puesto que al realizar el muro pantalla se da a los constructores la facilidad de un trabajo limpio, ordenado y controlado para llevar a cabo la excavación; estos puntos son claves al momento de construir cualquier edificación.

Proporciona una mayor rigidez estructural, lo que reduce los movimientos de suelo y los asentamientos adyacentes durante la excavación; es una técnica que se adapta fácilmente tanto a los anclajes como a otros tipos de sistemas; facilitan la excavación cuando se deben hacer por debajo del nivel freático; provee de manera equitativa paredes herméticas o impermeables en las construcciones que pueden aprovecharse en los sótanos a través de prácticamente cualquier tipo de suelo.

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